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Medellín, Antioquia
Para prevenir la mastitis y producir leche de buena calidad bacteriológica y composicional es conveniente seguir los siete hábitos de rutina de ordeño efectiva, en lecherías especializadas.
La producción de leche de alta calidad higiénica, es un tema que cada día toma mayor relevancia a nivel nacional. El consumidor actual ha pedido un producto de mejor calidad, y, por lo tanto, la obligación del productor de leche y de la industria es la de satisfacer esta demanda.
El objetivo de las explotaciones de lecherías especializadas es el de producir alimentos, aspiran a salvaguardar la salubridad y calidad de la leche cruda de forma que satisfaga las más altas expectativas de la industria alimentaria y de los consumidores. Las prácticas en la explotación deben también asegurar que la leche sea producida por animales sanos, bajo condiciones aceptables para estos últimos y en equilibrio con el entorno medioambiental local.
Leche:
Producto fresco de vacas sanas, ordeñadas en forma completa y en reposo, sin calostro y que cumpla con las características físicas, microbiológicas e higiénicas establecidas. Para prevenir la mastitis y producir leche de buena calidad bacteriológica y composicional es conveniente seguir los siete hábitos de rutina de ordeño efectiva identificados por Ruegg et al.(Ruegg,2000.)
Hábito No 1: Las vacas están tranquilas y limpias antes del ordeño
Se debe brindar un ambiente tranquilo y confortable. Si se manejan a gritos y golpes rechazan el estímulo y no sueltan la leche. Mejorar la actitud del personal que arrea a las vacas. No maltratar a los animales. Evitar la presencia de perros o personas extrañas que incomoden a la vaca, siempre en un solo lugar. Deben mantenerse limpias, especialmente el área de la ubre, entre pierna y la cola
Hábito No 2: Las vacas se agrupan por su estado de infección
Orden en el ordeño. Las vacas deben seguir un orden fijo de ordeño, determinado por la salud de las ubres. Ordeñadas de una manera que evite la transmisión de patógenos mediante la máquina de ordeño o la manipulación del ordeñador, en el siguiente orden:
– Vacas sanas al inicio
– Vacas con mastitis subclínica.
– Vacas con problemas de mastitis clínica.
La mastitis bovina es una inflamación de la glándula mamaria que provoca cambios en la composición bioquímica de la leche y en el tejido de la glándula. La mastitis se presenta cuando la ubre se inflama y las bacterias invaden el canal del pezón y la glándula mamaria, estas bacterias se multiplican y producen toxinas que dañan al tejido glandular, esto provoca un incremento en el número de leucocitos o de las células somáticas en leche, reduciendo la cantidad y afectando al mismo tiempo la calidad de la leche y de sus derivados. Además esta es la enfermedad que más genera pérdida económica dentro de una finca productora de leche a nivel mundial y por eso una de las enfermedades más investigadas alrededor de mundo.
Debe saber que la prevención da mejores resultados y es más eficiente que el tratamiento que se pueda llevar a cabo.
Las vacas que desarrollan una mastitis generalmente requieren de un tratamiento, para aplicar la terapia se deben considerar algunos factores como:
Detección del cuarto infectado
Inicio rápido del tratamiento
Administración correcta del tratamiento
Registro del tratamiento
Identificación de las vacas en tratamiento
Asegurarse que la leche se encuentre libre de antibióticos antes de mezclarla con la leche de tanque.
En gran parte de casos, sean sub-clínicos o clínicos el tratamiento empleado es a través del uso de antibióticos, siendo una herramienta esencial para el control. Todavía el éxito del tratamiento dependerá de diferentes factores intrínsecos a la vaca tales como edad, producción, conteo de células somáticas, patógenos involucrados.
Dependiendo del grado y los agentes el tratamiento debe ser aislado, con una única fuente de antimicrobiano, pero si asociando diferentes principios activos con la finalidad proporcionar mejor bienestar, la rápida cura y el regreso a producción.
El tratamiento dependerá del microrganismo causante y si es subclínica o clínica, utilizando antimicrobianos vía intramamaria (Mastifin Lactación), intramuscular (Lactofur), además en gran parte de los casos concomitante el uso de anti inflamatorios de alto poder analgésico (Meloxifin 2%) pueden ser esenciales para el correcto e eficiente tratamiento, siempre bajo una medicación bien establecido por el Médico Veterinario.
Hábito No 3: Se utiliza una preparación de la ubre previa al ordeño uniforme
Las vacas son estimuladas antes del ordeño. Se verifica que la ubre esté sana, sin cortadas, heridas, grietas, ampollas etc., que le produzcan dolor al animal durante el ordeño.
Hábito No 4: Los pezones deben estar limpios y secos antes del ordeño mecánico o manual
Los pezones se deben sumergir en una solución desinfectante comercial. Dejar actuar el desinfectante por 20-30 segundos.
Despunte: extracción de como mínimo 2-3 chorros de leche sobre una superficie negra de cada cuarterón de forma suave pero firme con los siguientes propósitos:
-Localizar casos clínicos de mastitis.
-Eliminar la leche inicial: eliminamos las bacterias que se encuentran en el canal de la mama y en la cisterna de la mama (la leche de la cisterna de la mama contiene los mayores niveles de bacterias que cualquiera otra fracción de la leche).
Ordeño manual. Cuando el ordeño se hace con ternero, se le debe obligar a pasar por los 4 pezones y luego limpiarlos con papel desechable para retirar las partículas de suciedad que hayan quedado y la saliva que puede aportar una carga microbiana que proviene de la boca del ternero.
Hábito No 5: Las unidades de ordeño se colocan adecuadamente.
En el tiempo correcto, sin excesivas entradas de aire y se ajustan de manera tal que cuelguen aplomadamente de los cuatro cuartos.
Ordeño mecánico. Asegúrese que el pezón está limpio y seco, después de 60 segundos de haber realizado la limpieza de la ubre se procede a la aplicación de la unidad de ordeño. La unidad de ordeño debe estar bien balanceada, se debe poner énfasis en:
Evitar resbalamientos o caídas de la unidad de ordeño.
El ordeño terminará entre 5-7 minutos.
Retirar la unidad de ordeño solo cuando disminuya el flujo de leche en el colector NUNCA jalar la unidad para ordeño, esto puede provocar lesiones al pezón
Hábito No 6: Las unidades de ordeño se retiran rápida y adecuadamente al finalizar el ordeño
Se debe controlar el flujo de leche en el colector y cuando haya cesado se retira la unidad cortando el vacío. Evite el sobre ordeño; cuando el pezón se irrita se daña la punta del mismo permitiendo la entrada de bacterias que producen mastitis.
En el ordeño manual no se presenta sobreordeño, pero puede encontrarse que se dejan residuos de leche si no se ha estimulado correctamente el animal.
En ambos tipos de ordeño siempre quedara hasta el 15% de leche residual en el pezón; esta leche residual no puede ser extraída por el ordeñador, ni por el ordeño mecánico y solo podría ser aprovechado por el ternero. No se debe tratar de escurrir el pezón a la fuerza porque favorece a la mastitis.
Hábito No 7: Se hace un manejo de la vaca posterior al ordeño
POS-ORDEÑO. El sellado es quizás el procedimiento más importante que por sí solo previene las infecciones de la ubre, más aún si existen lesiones, como grietas y heridas.
Una vez terminado el ordeño la punta del pezón queda abierta hasta por 30 minutos permitiendo el paso de bacterias; por esta razón, es muy importante la aplicación de un antiséptico posterior al ordeño llamado sellador. En el ordeño con ternero no es necesario su aplicación.
AUTOR-FUENTE.
GENÉTICA BOVINA
Autor: Daniel Correa Villada
Antioquia, Colombia
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