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Aunque en las vacas es menos frecuente la aparición de tumores, sí se pueden presentar algunos que perjudican en gran medida su salud y su rendimiento productivo. Aquí le presentamos cuáles son los factores que pueden desencadenar el cáncer en los bovinos y en qué órganos aparecen.
Juan Vicente González Martín, DVM y PhD, escribió en la Revista Frisona que la vaca sufre de virus carcinógenos como el de la leucosis bovina, que es el más conocido. El virus se transmite a través de la sangre, por picaduras de insectos, material contaminado, o de la madre al hijo.
“Alrededor de un cinco por ciento de las vacas infectadas desarrollan la enfermedad denominada leucosis enzoótica bovina, caracterizada en animales adultos por la presencia de leucemia y tumores linfáticos llamados linfosarcomas o linfomas malignos”, anotó.
También existen tumores semejantes que no son de origen vírico, denominados linfomas esporádicos. Estos afectan más a los animales jóvenes, a diferencia de los de origen vírico.
El autor anotó que las vacas son infectadas por seis tipos distintos de papilomavirus, que así como en humanos, dan lugar a verrugas, pero en la vaca no hay constancia de que puedan malignizarse como sucede con el papiloma de cuello de útero de las mujeres.
Entre los carcinógenos de origen tóxico, los más conocidos en la vaca son los que se encuentran en los helechos, como el Pteridium aquilinum o helecho águila. Al ingerirlos causan pólipos en el aparato digestivo, principalmente el esófago y rumen, y en la vejiga urinaria.
También existen tumores benignos que, como los primeros, no son muy frecuentes. Los más fácilmente observables son los tumores que aparecen en la piel o en los tejidos subcutáneos, que también puede ser malignos (cuando lo son, suelen llevar el sufijo sarcoma).
Entre estos figuran los hemangiomas y hemangiosarcomas de origen vascular, lipomas y liposarcomas del tejido graso subcutáneo, fibromas y fibrosarcomas del tejido cutáneo, melanocitoma y melanomas también del tejido cutáneo, etc.
En el aparato genital también hay tumores que, en ocasiones, protruyen a través de la vulva o son detectados por palpación rectal, siendo los más comunes son los fibropapilomas, leiomiomas, fibromiomas, fibromas, adenocarcinomas, etc., vaginales o uterinos.
Entre los tumores malignos, los más comunes son los carcinomas, que afectan a las células epiteliales. Existen bastantes tipos de carcinomas: uno de ellos es el carcinoma de células escamosas.
Las células escamosas son las células epiteliales que se encuentran debajo de la capa más externa de la piel y también en el aparato digestivo, respiratorio y otros órganos con epitelio. Se denominan escamosas porque bajo microscopio se ven planas, como las escamas de un pez.
En la vaca esos tumores se localizan comúnmente en zonas mucocutáneas, esto es, zonas de unión de la piel con la mucosa, como en los párpados, sobre todo en el inferior, en el tercer párpado e incluso en el propio globo ocular, y pueden extenderse por toda la zona ocular.
Es lo que se denomina cáncer de ojo y se produce por la radiación solar ultravioleta, por lo que los animales más afectados son los que tienen la piel de los párpados de color blanco y están expuestos al sol. Las vacas con más incidencia son las hereford, simmental y holstein.
Se da en animales adultos, no antes de los tres años de edad, siendo los animales viejos, de más de siete años, los que más los sufren, ya que igual que sucede en nuestra especie con los melanomas malignos, la radiación ultravioleta tiene un efecto acumulativo.
No todas las vacas con esos signos tienen un cáncer de ojo. Lo normal es que sea una conjuntivitis producida por diversas causas, como polvo u otro cuerpo extraño que se ha metido en el ojo, una infección o incluso parásitos como las lombrices del género Thelazia.
Esas conjuntivitis se pueden tratar con unas gotas de antibiótico, pero si no mejora es necesario llamar al veterinario, porque la inflamación puede dar lugar a una hiperplasia, que es el crecimiento exagerado de las células epiteliales del párpado,
Posteriormente provocará la displasia del tejido, en la que las células seguirán reproduciéndose pero ya no serán normales; y en un tercer estadio aparecerá el carcinoma denominado in situ, porque aún no habrá metastatizado.
El cáncer de ojo en un estadio inicial se puede operar fácilmente con porcentajes de éxito son de 90 %. Los tumores que aparecen en el globo ocular requieren enucleación, aunque tienen la ventaja de que metastatizan más lentamente que los de los que se dan en los párpados.
Según el tumor avanza, las posibilidades de éxito disminuyen porque puede producir metástasis a otros órganos. Con el tumor afectando a los párpados y el globo ocular, se hace necesaria la extirpación de los párpados y el ojo. En ese punto la tasa de curación es de 50 % o menos.
En las fases avanzadas el tumor se necrosa y con frecuencia aparece sangrante, purulento, maloliente por la contaminación bacteriana e incluso parasitaria con miasis, debido a lo atractivo que resulta ese olor para las moscas.
El cáncer de ojo no es una enfermedad que se transmita de los animales a los hombres, no es una zoonosis, pero los animales enviados al matadero con tumores avanzados son decomisados.
El carcinoma de células escamosas también puede darse en la zona vulvar, en las cicatrices producidas por el marcado al fuego, en la punta de las orejas o la piel de la ubre. El autor señaló que se debe advertir rápidamente al veterinario para que tome las medidas convenientes.
AUTOR-FUENTE.
CONtexto ganadero.
https://www.contextoganadero.com/ganaderia-sostenible/esto-es-lo-que-debe-saber-sobre-el-cancer-en-vacas
Autor: Daniel Correa Villada
Antioquia, Colombia
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