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Bogotá, Cundinamarca
En esta segunda parte le contamos cómo controlar el chinche para evitar los efectos adversos que genera en los pastos de lecherías de Cundinamarca, que incluyen manejo de praderas, compuestos de origen natural y sintético, los enemigos naturales del chinche e insecticidas.
Un artículo de Martínez y Barreto, investigadores de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), sobre el insecto Collaria scenica, conocido como chinche de los pastos o chinche chupador, detalló su impacto en las lecherías de Cundinamarca.
Como conclusión ofrecieron estas recomendaciones “para mantener bajas poblaciones de la plaga en los períodos de descanso de las praderas: las cuales se deben utilizar en forma integrada de acuerdo con el manejo de cada finca, para obtener mejores resultados”:
Acortar períodos de rotación de praderas a entre 35 y 50 días para romper el ciclo biológico del insecto.
Hacer fertilización adecuada, según los resultados del análisis de suelos.
Aplicar riego teniendo en cuenta que, 20 días después del pastoreo tiene efecto sobre las poblaciones inmaduras de la plaga, y ayuda a mejorar el crecimiento del pasto.
Después del pastoreo, se pueden realizar prácticas, por lo menos dos veces al año, para mejorar la pradera: rastrillar, renovar, guadañar.
Establecer praderas mixtas que incluyan leguminosas y gramíneas.
Manejar las áreas de pastos no utilizadas.
Cuando hay aumentos excesivos de la población de chinche, se puede aplicar control químico, teniendo en cuenta que se debe hacer, entre 30 y 35 días después del pastoreo en praderas de pasto kikuyo. Para rotaciones menores, se puede aplicar entre 10 y 20 días. En ambos casos se debe esperar al menos 15 días para ingresar el ganado y evitar problemas de intoxicación
Por su parte, en la investigación adelantada por Díaz y Ramírez del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), proponen integrar las siguientes medidas: manejo de praderas, compuestos de origen natural y sintético, enemigos naturales e insecticidas.
Manejo de praderas
A juicio de los autores este es el mejor sistema del control de plaga, lo que incluye prácticas como reducir la frecuencia de pastoreo a periodos no mayores de 50 días, según la especie de pradera, con el objeto de cortar el ciclo de vida del chinche.
Otra práctica es el pastoreo bajo del kikuyo a alturas inferiores a los 15 cm. Con un uso racional del recurso se puede bajar la población del insecto, pero si se hace un subpastoreo lo que queda de la planta puede ser utilizado por el chinche para su alimentación y multiplicación.
También se puede usar la guadaña para nivelar praderas, pues se ha probado que de este modo la población del insecto permanece baja. Pero si el material recortado se deja descomponer sobre el pasto, no solo retrasa el rebrote sino que la población aumenta en tiempo corto.
Una adecuada fertilización, hecha con base en el tipo de pasto, el ganado y los requerimientos de ambos, hace que la incidencia de la plaga sea menor. A su vez, el empleo del riego puede afectar los estados ninfales iniciales, que son más susceptibles al contacto con agua.
Las praderas mixtas, compuestas por gramíneas nativas, naturalizadas o introducidas, y leguminosas como los carretones blancos, rojo y la alfalfa reducen el daño, mientras que praderas homogéneas de kikuyo, raigrás o especies nativas, son las más afectadas.
Los autores señalan que la práctica de restablecer praderas, renovando el suelo, aplicando enmiendas y resembrando, ocasiona una baja población de chinche y disminuye la necesidad de aplicar insecticidas. Esta renovación de praderas se debe hacer mínimo de forma anual.
Cuando haya exceso de forraje por épocas de lluvia, recomendaron dejar potreros con pasto para corte y luego conservarlo a través de los procesos de ensilaje, henolaje o henificación.
Una práctica es la escarificación: “En algunas zonas se pasa un escarificador de chuzos después del pastoreo, con el objeto de esparcir los excrementos, romper la “panta” o colchón que forma el pasto kikuyo y remover el material seco”. Esto también ayuda a usar menos insecticidas.
Finalmente, el pastoreo rotacional con cerca eléctrica móvil obliga a los animales a efectuar un pastoreo más fuerte, destruyendo huevos y estados inmaduros del insecto. Esto se puede hacer repasando con el ganado vacío, el de levante o con especies como los equinos.
Compuestos de origen natural o sintético
Los autores indicaron que “las formas jóvenes del insecto son susceptibles a una gran variedad de sustancias, desde agua en exceso hasta derivados de plantas y sustancias de origen mineral.
Se han estudiado aceites minerales y vegetales de origen animal y vegetal, que tienen como ventajas la ausencia de toxicidad, mínimo efecto sobre el medio ambiente y facilidad de manejo. Destacaron algunos ejemplos como Agroil, Walco oil, Terpenoides, Higuerilla, entre otros.
Asimismo, los extractos de plantas como la nicotina de hojas de tabaco posee un gran potencial (aunque su aplicación masiva es difícil), o los de nim y ortiga. El primero en condiciones de laboratorio controló el insecto satisfactoriamente.
Una alternativa más son las sales no tóxicas, como sales de potasio que en concentraciones relativamente altas, disminuyen la población. O los fertilizantes foliares, que además de promover el desarrollo de las plantas, ayudan a mantener poblaciones manejables del insecto.
Enemigos naturales
Existen algunos insectos benéficos y hongos entomológicos que controlan el chinche. Entre los primeros están los depredadores como del Collaria como la Eriopis conexa conexa (Coleoptera: Coccinelidae), conocida como mariquita o petaquita y la araña Alpadia sp.
En segundo lugar, los hongos entomopatógenos son los de mayor potencial como enemigos naturales del chinche, como Metarhizium anisopliae, Beauveria bassiana y Paecilomyces sp., en tanto que los del género Acremonium, que son endofíticos, también los repelen.
Insecticidas
En pruebas de campo realizadas por el ICA en tres localidades de los municipios de Mosquera, Albán y Nemocón, con ocho insecticidas, se encontró que los de mayor eficacia son clorpirifos y Malathlón 57 %, que pertenecen a la categoría toxicológica III.
No obstante, el uso indiscriminado de estos químicos sin ningún estudio previo ha hecho que el chinche se vuelva resistente a la mayoría de los insecticidas comerciales.
Los autores advirtieron que la aplicación repetitiva hace que pierdan su eficacia. En cambio, “la utilización de insecticidas químicos dentro del manejo integrado de la plaga, debe ser siempre en forma racional y no como sistema único para el control”, concluyeron.
AUTOR-FUENTE.
CONtexto ganadero.
https://www.contextoganadero.com/ganaderia-sostenible/alternativas-para-controlar-el-chinche-de-los-pastos
Autor: Daniel Correa Villada
Antioquia, Colombia
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