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Funza, Cundinamarca
La producción de leche de una vaca se puede reducir por diferentes factores y uno de ellos es el de las cojeras, por lo que es importante prestarle atención a este asunto.
Así lo hacen en la Finca Santa Ana, en Funza (Cundinamarca) donde las condiciones climáticas, en alguna época del año, son adversas para el bienestar de los animales.
Según Cristo Javier Muñoz, mayordomo de la finca, durante la temporada de invierno se presentan mucho las cojeras y hay que tratar a las vacas con antibióticos, pero si se hace un buen manejo preventivo se reduce esa incidencia.
En primer lugar, señaló, se hace una podología anual a todos los animales para que no se deformen los cascos y estén en buen estado y si es el caso tomar las medidas necesarias para su curación antes de la llegada de las lluvias.
Así mismo, mediante la alimentación se busca un equilibrio mineral para que el casco resista la humedad y adicionalmente es necesaria la implementación de otras medidas puntuales. Por eso allí trabajan con una lavapatas donde se suministra formol y cobre, lo cual ayuda a que endurezcan los cascos y la humedad no los dañe tanto y no se meta mucho hongo.
Indicó que las cojeras pueden ocasionar que las vacas reduzcan la producción de leche hasta en un 36 % por cuanto los animales dejan de consumir hasta un 16 % de materia seca, según estudios de la Udca.
Manifestó que a pesar de las condiciones propias del entorno donde se encuentra la finca se hace un esfuerzo para sacar la mejor producción con sus vacas holstein.
A diario se ordeñan 60 vacas con un promedio de 14 litros al día aunque reconoce que se podría aumentar la producción pero en la finca no disponen de riego y eso dificulta la producción de forraje.
Genéticamente, bajo condiciones óptimas, las vacas holstein están facultadas para producir entre 25 y 50 litros de leche diarios.
En la zona cuentan con un promedio de 9,3 horas luz/día, la humedad relativa varía entre 62 y 87 % y la temperatura oscila entre 14 y 16 grados centígrados lo que de entrada dificulta la producción de forraje y facilita la presencia de un insecto que lo ataca.
Cuando el pasto retoña, ese insecto se come toda la cútícula y el potrero se ve blanco, siendo un problema para la alimentación del ganado. En estos momentos están haciendo control del chinche de los pastos con químicos.
Los pastos hay que cuidarlos como cualquier otro cultivo, abonarlos, regarlos porque a las vacas hay que suministrarles buen forraje para que así mismo se logre una buena producción, afirmó Muñoz.
Sin embargo, los forrajes que tienen no logran entregar la composición nutricional requerida por lo que a los periodos específicos de cosecha se suma la necesidad de suplementar
La rotación se da cada 35 a 45 días. En estos momentos manejan los pastos de la sabana como es el kikuyo, algo de raigrás y suplementan con alfalfa que es una leguminosa muy buena y con concentrado. Ahora tienen el proyecto se sembrar avena forrajera.
El pasto se corta de un día para otro y se suministra en el potrero pero también se tiene la opción de hacer ensilaje para darlo a los animales en el establo.
El clima particular de la sabana en Funza, limita la presencia de algunas plagas pero potencializa la aparición de otras. Allí no hay garrapata pero sí mucha mosca y ácaros que se deben controlar. Para ello se hacen los baños de los animales.
AUTOR-FUENTE.
CONtexto ganadero.
https://www.contextoganadero.com/ganaderia-sostenible/proteja-los-cascos-de-la-vacas-para-evitar-reduccion-en-la-produccion-lechera
Autor: Daniel Correa Villada
Antioquia, Colombia
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