El uso de estos insumos mermaría hasta un 35% el costo de la producción agrícola en Colombia y reduciría la dependencia a los importados.
Aunque el uso de insumos a partir de residuos orgánicos no es algo nuevo en Colombia, la pandemia de covid-19 y el conflicto Rusia-Ucrania han hecho que se vea más como una necesidad. Foto: Jaime Pérez
POR ALEJANDRA ZAPATA QUINCHÍA | PUBLICADO EL 27 DE MARZO DE 2022
Podas, cartón, aserrín, ceniza de madera, sobras de frutas, gallinaza y pollinaza (estiércol de las gallinas y pollos) son residuos que normalmente se toman como basura pero que pueden ser parte de la solución para disminuir la dependencia de Colombia de las importaciones de agroinsumos.
Precisamente, dado que el 42% de los fertilizantes que importa el país provienen de Rusia y Ucrania —y que el conflicto entre esas dos naciones ha elevado los precios internacionales de estos hasta en un 30%—, Rodolfo Correa, presidente del Consejo Nacional de Secretarios de Agricultura de Colombia (Consa), propuso iniciar un plan nacional de transición a abonos orgánicos, el cual reduciría hasta un 35% el costo de la fertilización de los cultivos.
“Los fertilizantes representan el 55% de las ventas de insumos demandados por el sector agrícola, los plaguicidas el 27%, los medicamentos veterinarios el 13% y los productos biológicos el 5%. Esto implica también un costo monetario que debe asumir el productor, pues cerca del 90% de las materias primas para la elaboración de alimentos balanceados es importado y solamente el 10% corresponde a producción con materias primas nacionales”, afirmó Correa.
Así, para frenar esta situación, la Gobernación de Antioquia, en asocio con la Universidad de Antioquia, presentó un proyecto que busca disminuir la dependencia de insumos importados y fortalecer el autoabastecimiento y la soberanía productiva agropecuaria.
Según Correa, el proyecto, que tiene un valor de $20.230 millones, pretende construir una infraestructura especializada en la producción agropecuaria, la cual contendrá una planta procesadora de alimentos balanceados, una planta de fabricación de fertilizantes químicos y biológicos y una de productos veterinarios.
“Se buscaría el diseño de prototipos de fertilizantes adaptados a las condiciones de producción tropical, la formulación de productos veterinarios acordes a los requerimientos productivos, el desarrollo de marcas propias de insumos agropecuarios y la implementación de la Escuela de Formación Agropecuaria de Antioquia (EFAA), como estrategia de formación y capacitación para el fortalecimiento de competencias socioempresariales y estructura organizativa y administrativa de los productores”, señaló el funcionario.
¿Reemplazar lo químico?
Jorge Soto, gerente general de Abonamos, empresa colombiana que produce y comercializa insumos agrícolas, expresó que los abonos orgánicos efectivamente pueden disminuir el uso de los químicos; sin embargo, no los reemplaza en un 100%.
“Dos kilos de fertilizante químico se pueden reemplazar por un kilo de químico y cinco de orgánico. Combinar estos dos tipos de abonos disminuiría la cantidad de fertilizantes que se necesitarían importar. Y los resultados y el rendimiento en los cultivos son los mismos. Además, el uso excesivo de fertilizantes químicos causa desbalances nutricionales, incluso llegando a niveles de toxicidad en el suelo, y aumentando innecesariamente los costos de producción”, dijo Soto.
Y agregó que, aunque el uso de insumos a partir de residuos orgánicos no es algo nuevo en el país, la pandemia de covid-19 y el conflicto Rusia-Ucrania han hecho que se vea más como una necesidad.
Hay que tener cuidado
En la elaboración de los abonos orgánicos también hay que tener ciertos cuidados, ya que si no se da una adecuada descomposición de la materia orgánica se puede generar un problema fitosanitario.
“Si hay una mala aplicación de estos abonos orgánicos se corre el riesgo de tener un atraso en las plantas. Otro de los riesgos, si no se hace un buen proceso de sanitización de la materia orgánica es que se pueden contaminar los suelos con microorganismos que hacen mal al cultivo”, explicó Soto.
En este sentido, Soto indicó que debe haber un adecuado compostaje y sanitización de la materia orgánica, así como avanzar en procesos de transferencia de tecnología para que los campesinos colombianos produzcan adecuadamente sus propios insumos.
Más económicos
Un bulto de 50 kilogramos de potasio —usado para cultivos como el café— pasó de costar $65.000 en marzo de 2020 a costar alrededor de $215.000 en el mismo mes de este año. El aumento de estos precios ha implicado que también se incrementen significativamente los costos de producción.
Por esta razón, y concordando con el secretario Correa, Soto destacó que la combinación entre abonos orgánicos y químicos reduciría más de un 30% los costos de producción de los agricultores.
“Los precios altos de los agroinsumos despertaron la conciencia por un mayor aprovechamiento de los residuos orgánicos. La necesidad ha hecho que se vayan produciendo estos cambios que es muy benéfico para los suelos. Todo esto va a producir un cambio en la agricultura más amigable con el medio ambiente”, puntualizó el gerente de Abonamos.
Y aunque el panorama a corto plazo no se muestra alentador, se espera que con las decisiones que ha tomado el Gobierno Nacional, como la eliminación de aranceles a 165 bienes —entre los que se encuentran alimentos, bebidas, harinas, cereales, semillas para productos agrícolas, herramientas, entre otros— que se importan al país, se disminuyan las presiones inflacionarias que tienen los bolsillos de los colombianos
autor y fuente https://www.elcolombiano.com/negocios/abonos-organicos-la-formula-para-bajar-el-precio-de-la-comida-BD17059228