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Medellín, Antioquia
Con el apoyo de la multinacional Hocol, ganaderos del departamento del Huila se benefician de proyectos como el de mejoramiento genético y el de implementación de sistemas silvopastoriles.
Es el caso de Blanca Inés Chavarro, propietaria de la Finca Santa Teresa, ubicada en el municipio de Paicol (Huila), quien es una de las beneficiarias de un convenio interinstitucional que busca incrementar la productividad de medianos y pequeños ganaderos dedicados a la producción semi intensiva.
Su sueño de tener animales genéticamente superiores se hizo realidad en diciembre de 2017 con el protocolo de transferencia de embriones y hoy tiene todas sus esperanzas puestas en las tres terneras que obtuvo por medio de esta técnica y con el apoyo institucional, las cuales nacieron en noviembre del año pasado.
Las vacas que en este momento se ordeñan están en un promedio entre 10 y 14 litros al día cada una y con las nuevas terneras espera tener un mayor resultado de tal manera que se aumente la producción para tener entre 16 y 20 litros en cada una.
Según el zootecnista Javier Charry Bonilla, es un programa exigente donde la responsabilidad del productor vale mucho porque ingresan al programa animales sanos que deben tener un régimen sanitario estricto.
El ganadero es el encargado de actividades propias del recién nacido como la desinfección del ombligo para evitar enfermedades como la peste boba. Así mismo es el encargado del plan sanitario para contar con animales que tengan las mejores condiciones para su desarrollo.
A pesar de las altas temperaturas de la zona, que alcanza los 32 grados centígrados, sus animales no muestran características de gordura irregular ni pelaje abundante.
En una nota del programa La Finca de Hoy, la ganadera reconoce que de sus cuidados depende que en dos años y medio estas tres terneras puedan ser servidas por toro o utilizar cualquier técnica de reproducción asistida como la inseminación artificial o la transferencia de embriones, entre otras.
En la región muchos ganaderos deben esperar hasta cinco años para iniciar la vida reproductiva de sus vacas.
Las vacas fueron preparadas con tres meses de anterioridad, purgarlas, vitaminizarlas, y se les dio concentrado y se cuidaron para que estuvieran en condiciones adecuadas para este proyecto de transferencia de embriones
La otra exigencia, que se suma al tema sanitario, es la demanda nutricional, especialmente durante la fase de levante. Un ternero consume entre el 10 y 12 % del peso vivo en cantidad de leche y la idea es darle la cantidad suficiente para levantarlo rápidamente. Al mismo tiempo es preciso suministrarle el alimento requerido para su pronto desarrollo.
Los terneros están en semiestabuación donde reciben 2 kilos diarios de concentrado y se estima que estén consumiendo forraje desde los dos meses de nacidos.
El pequeño productor debe ser conciente que su hato cambia de nivel en todo sentido. Mientras que un embrión en términos comerciales puede estar en $2 millones, por medio de programas y alianzas como estas termina invirtiendo alrededor de $300 mil por el embrión
“Esta es una posibilidad que tenemos los pequeños ganaderos de crecer y tener una mejor calidad de vida”, concluyó Chavarro.
AUTOR-FUENTE.
CONtexto ganadero.
https://www.contextoganadero.com/ganaderia-sostenible/con-apoyo-de-hocol-le-apuestan-al-mejoramiento-genetico-en-el-huila
Autor: Daniel Correa Villada
Antioquia, Colombia
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